Informe. El 46% de los emprendimientos en Bolivia son liderados por mujeres, según un estudio realizado por la OIT. La creciente capacitación las anima a emprender su propio negocio.
Las mujeres emprendedoras cumplen un rol importante en la sociedad, dado que a través del trabajo que desarrollan generan un efecto multiplicador de oportunidades para el país.
Los emprendimientos liderados por mujeres abarcan variados perfiles, sobre todo cinco: negocios comerciales, negocios familiares, negocios de servicios, negocios especializados dirigidos a clientes grandes y negocios ambulantes y de calle. Así lo revela la investigación “Perfil de la mujer emprendedora en Bolivia: Dinámicas de emprendimientos liderados por mujeres en la economía informal”, realizado por el Instituto de la Mujer y Empresa (IME).
Una primera clasificación de los emprendimientos liderados por mujeres hace referencia a tres variables: actividad por sector, tipo de negocio, y formalidad del negocio, señala el estudio.
Deseo por prosperar y seguir sus sueños
De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 46% de los emprendimientos en Bolivia son liderados por mujeres (este porcentaje incluye tanto el sector formal como el informal).
Algunas de las razones que motivan a las féminas a apostar por sus propios proyectos son la alta tasa de desempleo femenino y la creciente educación y capacitación de las mujeres, que les brinda las herramientas necesarias para emprender.
Si hay un nombre sinónimo de emprendedora que haya forjado su negocio a puro pulmón con sus manos y pocos recursos, es el de Amelia Solórzano Subelza, propietaria de Patra.
La situación económica apretó y empujó a Amelia a buscar nuevos horizontes. Esto la impulsó a realizar un curso de corte y confección. Luego compró dos máquinas industriales, telas e hilos y cuando confeccionó las primeras prendas se fue a Yacuiba, a comercializar su producción. Al poco tiempo, la crisis que afectó a Argentina, hizo girar su nicho de mercado hacía el público nacional.
Amelia nunca ha sentido que le pongan ‘zancadillas’ a su labor, pero sí han puesto trabas a su liderazgo interfiriendo en proyectos que ha presentado para su sector.
Patra es una empresa que tiene una forma de producción ordenada, trabaja por módulos, controla el tiempo, calidad, optimiza todos sus procesos. “Las personas que trabajan con nosotros tienen escuela, para desempeñarse en donde vayan”, dijo Amelia, que, en 2022, recibió el Mérito Empresarial con Impacto Social de Cainco, por el trabajo que lleva adelante y que en este año celebró sus tres décadas de vida.
Destacados
A decir de Patricia Hurtado, presidenta de Fundación Iguales, si bien no hay estudios específicos, los siguientes rasgos característicos del perfil de la mujer empresaria en Bolivia pueden basarse en observaciones generales y tendencias comunes:
- Resiliencia y Adaptabilidad: Las mujeres empresarias en Bolivia suelen enfrentarse a múltiples desafíos, desde barreras culturales hasta económicas. Su capacidad para adaptarse y superar obstáculos es fundamental para su éxito. Ej. Amelia Solarzano, de Patra.
- Educación y Formación: Muchas mujeres en roles empresariales o corporativos en Bolivia poseen una sólida formación académica. A menudo tienen títulos universitarios y formación continua en áreas relevantes para sus negocios o posiciones corporativas. Ej. Nadia Eid, Aldana Fernández de Córdova.
- Liderazgo Inclusivo: Las mujeres en estos roles tienden a practicar un estilo de liderazgo inclusivo, valorando la colaboración y fomentando un ambiente de trabajo positivo y equitativo. Ej. Ximena Behoteguy, María Reneé Centellas.
- Compromiso Social y Comunitario: Es común que las mujeres empresarias en Bolivia estén involucradas en iniciativas comunitarias y de responsabilidad social, buscando no solo el éxito empresarial sino también el bienestar de su entorno.
- Innovación y Creatividad: La capacidad de innovar y buscar soluciones creativas es un rasgo notable. Las mujeres corporativas suelen encontrar maneras nuevas y efectivas de abordar problemas y oportunidades en sus respectivos campos.
Los emprendimientos de las mujeres abarcan prácticamente todos los sectores. En el caso de la publicidad corporativa destaca un nombre: Gabriela Jiménez.
A Gabriela la motivó el sueño de poder tener su empresa y realizar proyectos con diferentes marcas mostrando su creatividad. “Inicié mi empresa hace 13 años y unos de los motivos era que quería trabajar en lo que me gustaba, en el marketing corporativo, y para poder lograrlo debía estudiar diseño gráfico y el ser dependiente no me dejaba mucho tiempo para estudiar. Fue así que me armé de valor e inicié Publigroup”.
De los mayores retos que ha enfrentado Gabriela es de conseguir clientes en sus inicios, en un rubro productivo liderados por hombres. Y es que, es difícil para una compañía nueva ganarse la confianza del cliente. Y en los dos años de la crisis de la pandemia, en la que el marketing corporativo de las empresas se redujo a cero, Publigroup subsistió con impresiones de señaléticas. “Se debe aprender del negocio y siempre se tienen errores, pérdidas y frustraciones, es algo inevitable”, señala.
La mayor satisfacción que le produce su emprendimiento es el de poder ser dueña de su tiempo y poder hacer muchas más cosas de manera social empresarial. Con Publigroup, Gabriela ha apoyado a muchas causas de beneficencia para las mujeres y a mujeres que quieren emprender.
“Nunca es tarde para hacer lo que nos gustas, el poder ser dueño de tu tiempo es algo que no tiene precio. Es muy grato ver los trabajos realizados y el apoyo económico que puede dar al equipo que uno va formando es muy satisfactorio. Considero que el que emprende debe tener como principio al servicio que como bien dice el dicho ¡El que no vive para servir, no sirve para vivir!, ya que el ser responsable de una empresa es también tener a cargo la fuente laboral de otras familias. Es por eso que debemos emprender en los que nos gusta para dar nuestro mejor servicio”, manifiesta Gabriela.
Amelia y Gabriela son dos muestras de emprendedoras ya consagradas, pero el deseo de las mujeres por establecer sus negocios propios también está presente en las nuevas generaciones.
“La repostería y el café son pasiones que tengo desde niña, siempre fui amante de la cocina y de los postres. Desde los 10 añitos empecé a hacer postres para mi familia y para mí, siempre fui amante de lo dulce, y se transformó en mi pasión y sueño. Tener mi primera cafetería es un sueño cumplido y más aún en sociedad junto a mi hermana. Que sea junto con ella (el negocio) lo hace mejor y me inspira mas”, dijo Alejandra Casanovas Vaca, que junto con su hermana Camila, establecieron Latte Por Ti.
Hasta el momento, el mayor desafío que han enfrentado las hermanas Alejandra y Camila ha sido el de mantener su negocio en la pandemia, post pandemia y durante los paros cívicos.
En cuanto a las satisfacciones, Alejandra señala que no siente que su emprendimiento sea trabajo. “El dar trabajo a más personas, la primera vez que contraté a alguien y tuve la oportunidad de pagarle su primer sueldo es una experiencia maravillosa que llevo, el hecho de hacer algo que amo y a través de esto más personas salgan beneficiadas y felices es algo que me llena de plenitud”, sostiene.
Alejandra aconseja a las mujeres que quieren emprender, que sean apasionados y perseverantes, ya que ningún emprendimiento prospera si el propietario no es amante de su sueño. “Uno tiene que creer firmemente en ello, porque el proceso está lleno de altibajos, y la perseverancia vale más que el talento, podemos ser talentosos, pero sin perseverancia no llegamos a ningún lado, es el atributo más importante para poder lograr nuestros sueños”, expresa.