16 de enero de 2025
Global

¿Por qué la carga mental desborda a las mujeres y conspira contra la igualdad?

La carga mental es un concepto que describe el esfuerzo invisible y constante de organizar, planificar y gestionar las tareas necesarias para el funcionamiento de una familia o un hogar. Este esfuerzo recae desproporcionadamente en las mujeres en muchas culturas, lo que perpetúa desigualdades de género y obstaculizando la igualdad.

Desde la infancia, a las mujeres se les asignan roles de cuidadoras y organizadoras. Esto las prepara para asumir, de manera casi automática, la responsabilidad de tareas domésticas y familiares. La sociedad sigue atribuyendo mayor responsabilidad a las mujeres en cuanto al cuidado del hogar, incluso cuando ambas parejas trabajan fuera de casa.

Se debe contar también la carga mental que implica recordar tareas (como comprar alimentos, organizar citas médicas, planificar comidas o gestionar las actividades escolares de los hijos), tareas que no siempre son visibles ni valoradas por quienes no las llevan a cabo.
Esta invisibilidad dificulta que los demás miembros del hogar reconozcan el esfuerzo que implica.

Impacto en el tiempo personal y profesional

Las mujeres que asumen la carga mental tienen menos tiempo para dedicarse a sí mismas y a sus carreras. Esto limita su desarrollo profesional y perpetúa la desigualdad económica.
Al estar más ocupadas con responsabilidades domésticas, pueden experimentar mayores niveles de estrés y agotamiento.

Muchas veces, las mujeres no solo realizan las tareas del hogar, sino que también actúan como «gerentes» que deben supervisar y recordar qué hace falta hacer. Incluso cuando otras personas ayudan, suelen depender de la dirección de la mujer.

Aunque hay avances hacia la corresponsabilidad en algunos contextos, los hombres no siempre asumen un rol equitativo. Esto no se debe necesariamente a falta de voluntad, sino a dinámicas profundamente arraigadas en el sistema patriarcal que asume que las mujeres son «naturalmente» mejores para estas tareas.

Esta sobrecarga lleva a que las mujeres se sientan culpables si no logran cumplir con todas las expectativas, lo que refuerza el ciclo de desigualdad. El estrés constante de la carga mental puede causar problemas de salud mental, como ansiedad o agotamiento.

¿Cómo afecta a la igualdad?

La carga mental perpetúa la desigualdad porque refuerza la división tradicional de roles de género, impide que las mujeres tengan igualdad de oportunidades para desarrollarse profesional y personalmente. En la misma línea normaliza la desigualdad al no cuestionar ni redistribuir las responsabilidades del hogar.

Para modificar y mejorar esta situación debemos reeducarnos tanto mujeres como hombres, creas conciencia sobre la carga mental y la necesidad de compartirla equitativamente. Redistribución de tareas del hogar y las tareas cotidianas de manera justa y basada en acuerdos mutuos es una buena forma de comenzar a reeducarnos.

Desde una perspectiva macro, el contar con políticas públicas que acompañen este cambio es fundamental. Podrían fomentarse licencias de paternidad igualitarias y horarios laborales flexibles para ambos géneros.

Reconocer el impacto económico y social de estos trabajos para desnaturalizarlas como «deber exclusivo» de las mujeres es urgente. Esta lucha es clave para avanzar hacia una igualdad real, tanto en los hogares como en la sociedad en general.

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