En una entrevista exclusiva para Info Emprendedoras, hablamos con Silvia Piceda, fundadora junto con Sebastián Cuattromo de la Asociación Civil Adultxs por los Derechos de la Infancia, una organización que trabaja desde una perspectiva comunitaria para visibilizar y prevenir la violencia, incluida la que ocurre en el entorno laboral.
La violencia en el ámbito laboral es un fenómeno que, lamentablemente, sigue afectando a miles de trabajadores y trabajadoras en todo el mundo. Sin embargo, cada vez son más las empresas que comprenden la importancia de crear un ambiente libre de violencia, tanto entre compañeros de trabajo como entre jefes y empleados. En este sentido, la cultura empresarial juega un papel crucial, ya que debe ser un reflejo de valores fundamentales como el respeto, la empatía y la comunicación asertiva.
En un contexto de creciente sensibilización sobre la violencia en diferentes ámbitos, la Asociación Civil Adultxs por los Derechos de la Infancia se destaca por su enfoque en la resiliencia y la transformación social. Silvia, junto con Sebastián han impulsado esta iniciativa que no sólo trabaja con víctimas de abuso contra la infancia, sino que también se enfoca en generar cambios a nivel estructural en las instituciones, incluidas las empresas.
A través de su experiencia en la lucha por los derechos de los niños y las niñas, Silvia nos ofrece valiosas reflexiones sobre cómo fomentar una cultura de respeto y buenos tratos en cualquier organización. “Las dinámicas de poder, el respeto y la escucha activa son esenciales para crear espacios laborales más saludables, donde se favorezca el bienestar de todos los involucrados”, recalca.
“La creación de una cultura empresarial positiva, donde cada miembro se sienta valorado y respetado, es fundamental para el éxito de cualquier compañía”, enfatiza. En este sentido, la prevención de la violencia no sólo se trata de establecer protocolos, sino de construir una base sólida de valores que guíen las relaciones interpersonales dentro de la organización.
— ¿Qué puede hacer una empresa para promover el buen trato entre empleados y evitar conductas violentas?
— Creo que lo primero es entender que la violencia laboral no se limita solamente al abuso físico, sino que también incluye el abuso psicológico, la discriminación y el maltrato verbal. Las empresas deben fomentar una cultura de respeto y empatía desde su base, lo cual implica un compromiso real por parte de los líderes. Cuando se habla de violencia laboral, es importante tener protocolos para reaccionar ante estos casos y estrategias preventivas. Eso implica ofrecer formación en habilidades interpersonales, como la comunicación asertiva y el manejo de conflictos. El punto clave es que los líderes de una empresa deben liderar con el ejemplo: si un jefe actúa de manera respetuosa y empática, es más probable que los empleados adopten esa misma actitud entre ellos.
— ¿Crees que la resiliencia juega un papel fundamental en la construcción de un buen clima laboral?
— La resiliencia es crucial porque permite a las personas enfrentar adversidades sin caer en el resentimiento o la violencia. En el ámbito laboral, si las personas aprenden a gestionar sus emociones y a comprender sus propios límites, podrán trabajar en un entorno mucho más armonioso. Enseñar resiliencia dentro de una empresa no solo se refiere a superar problemas, sino también a saber cómo colaborar, comunicarse y apoyarse mutuamente. Las empresas que fomentan la resiliencia están creando una cultura donde los conflictos se resuelven de manera saludable, sin recurrir a comportamientos destructivos. Además, las empresas que ofrecen a sus empleados herramientas para superar obstáculos personales o emocionales ayudan a crear un espacio de trabajo mucho más inclusivo y positivo.
— ¿Qué impacto puede tener la violencia laboral en la productividad de una empresa?
— El impacto es significativo. Cuando un empleado o un grupo de empleados experimentan violencia laboral, su bienestar se ve afectado. Esto puede llevar a un aumento del estrés, ansiedad, y otros problemas de salud mental, lo que reduce la productividad y la motivación. Las personas que no se sienten seguras en su lugar de trabajo no pueden rendir al máximo de sus capacidades. Además, la violencia laboral genera un ambiente de desconfianza y hostilidad, lo cual puede afectar la moral general de toda la empresa. Es por eso que promover un ambiente de respeto y buenas prácticas laborales no sólo beneficia a los empleados a nivel personal, sino que también tiene un impacto directo en los resultados económicos y en la sostenibilidad de la empresa.
— Desde tu experiencia en Adultxs por los Derechos de la Infancia, ¿cómo las empresas pueden colaborar con iniciativas de prevención de la violencia contra la infancia y cómo impacta esto en su cultura organizacional?
— Las empresas pueden hacer una gran diferencia al involucrarse en la prevención de la violencia en la infancia Desde el punto de vista de la cultura empresarial, cuando una organización se compromete a ser parte activa en la protección de los derechos de los niños y las niñas, también está mostrando un compromiso con la sociedad en general. Esto genera un impacto positivo en su reputación, pero también en el bienestar de sus empleados, quienes a menudo son padres o madres. Además, al apoyar iniciativas que luchan contra el abuso en la infancia, las empresas demuestran que se preocupan por los problemas sociales, lo que puede aumentar el sentido de pertenencia y el orgullo de los empleados.
— ¿Qué mensaje dejarías a las empresas que están trabajando para mejorar su cultura organizacional y prevenir la violencia?
— Mi mensaje es claro: el respeto y la empatía deben ser los pilares de cualquier organización. No se trata sólo de tener normas o protocolos, sino de vivir esos valores todos los días. Cuando cada miembro de la empresa se siente valorado, escuchado y respetado, la productividad, el ambiente laboral y la felicidad general de los empleados se incrementan considerablemente. Las empresas tienen el poder de transformar la sociedad desde su interior, creando espacios donde se promueva la equidad, la dignidad y el bienestar de todos. Y, sobre todo, cada vez que una persona que haya sufrido violencia se siente apoyada, está más cerca de sanar, lo que impacta positivamente en su vida personal y en su rendimiento profesional.
Sobre Adultxs por los Derechos de la Infancia
Adultxs por los Derechos de la Infancia es una organización nacida en 2012, que se dedica a visibilizar el abuso sexual contra la infancia y promover la protección de los derechos de los niños y adolescentes. Compuesta por un grupo de adultos que han sufrido esta traumática experiencia, junto con otros que luchan activamente por la defensa de los derechos de los más jóvenes, la Asociación trabaja incansablemente con el objetivo de cambiar la cultura social que permite la perpetuación de estas violencias. Además de sus campañas de sensibilización, ofrece espacios de encuentro para sobrevivientes y madres protectoras, en los cuales se comparten experiencias y se brinda apoyo emocional.
Sobre Silvia Piceda
Silvia Piceda es médica, activista y fundadora de la asociación Civil Adultxs por los Derechos de la Infancia. A lo largo de su vida, ha trabajado incansablemente para visibilizar el abuso contra la infancia y promover cambios estructurales en la sociedad y en las instituciones que muchas veces perpetúan estas injusticias. Además de su trabajo en la Asociación, Silvia también ha sido parte de diversas iniciativas para mejorar el bienestar de los niños y niñas a nivel social y empresarial. Con un enfoque en la resiliencia y el apoyo mutuo, Silvia se ha convertido en una voz clave en la lucha de la violencia contra la infancia y el abuso sexual en todo el mundo.
