Así lo afirmó Gabriela Arenas, directora de Fundación TAAP, emprendedora social e investigadora. La empresaria habló sobre su experiencia en la aplicación de la neurosis en proyectos comunitarios y también el trabajo que realiza en la fundación TAAP.
Arenas es Comunicadora Social y desarrolla programas de arte para el bienestar. Por su trabajo como emprendedora social, ha sido reconocida como Rotary Peace Fellow, Mujer CAFAM Atlántico, Fellow de Ashoka, Perenial Fellow, ganadora del Concurso Ideas en la Categoría Emprendimiento Social y finalista en el premio Emprendedor Social del Año de la Fundación Schwab y Fundación Venezuela sin Límites. Y fue reconocida por She Is como Mujer Social del Año 2022 en Colombia.
Emprendedora social, investigadora y profesora de Investigación para la Comunicación. Ha sido coordinadora y ponente en diversos foros y encuentros sobre temas vinculados con construcción de paz e innovación social y educativa.
En esta nota, nos habla de los desafíos de las emprendededoras desde la neurociencia.
¿Cuál es la relación del emprendimiento con la neurociencia?
Los emprendedores requieren desarrollar habilidades más allá del conocimiento de lo que implica tener una empresa, como la comunicación. Hemos trabajado en comunidades que han sido víctimas de violencia y utilizamos la neurociencia para que ellos puedan superar sus traumas y ejercitar su pensamiento lateral a través de las artes; herramientas amables para hablar con todo tipo de comunidades, que son efectivas para el desarrollo de la neuroplasticidad en el cerebro.
¿A que se enfrenta una mujer que comienza un emprendimiento?
Primero, a ti y a tu síndrome del impostor que siempre te está diciendo: “¿Será que sí puedo? ¿Lo voy a lograr? ¿Voy a conseguir los fondos?”; pero también al prejuicio de los demás por no tener todo el tiempo para tus hijos. Finalmente, te enfrentas a las historias de todas las personas que conoces en comunidades, pero aprendes a escuchar sin juzgar y a ser empático. Este trabajo es un propósito.
¿ Cuando surgió tu interés por colaborar con emprendedoras?
Me formé como empresaria y después de cinco años y de que la empresa se hizo regional en Latinoamérica, sufrí un tema de salud y eso me hizo pensar mucho en qué es el bienestar y qué era lo importante cuando tú eres emprendedor, si lo importante es hacer dinero, escalar tu emprendimiento o si había algo más. Así fui descubriendo cómo la salud mental es primordial para un emprendedor, cómo impacta haber vivido un trauma, cómo podemos tener una mejor relación con la comunidad donde estamos si aprendemos a manejar nuestras emociones y a relacionarnos de formas distintas.
Como directora de la fundación ¿Cuál es tu rol?
Es una organización que se ocupa de promover la paz y el bienestar utilizando herramientas artísticas y emprendimiento creativo junto con neurociencia. Tenemos ya 16 años de trabajo en Latinoamérica y en 14 países de otros continentes.
¿Un consejo para alguien que quiere emprender en desarrollo social?
El trabajo personal es muy importante. El emprendimiento, sobre todo el social, es resiliencia, es saber que vas a encontrar retos todos los días, pero este propósito que siempre es más grande que tú te va a hacer agradecer las experiencias que tienes cada día. Y en paralelo tienes que estudiar y formarte.