Los datos del estudio dejan constancia de que, cuando se habla del apoyo para las familias, los abuelos están a la cabeza.
El 87% de las mujeres renuncia a algún aspecto de su trayectoria laboral al ser madre por «no poder llegar a todo» y «cuidar de su salud mental», según se desprende de la encuesta ‘Sin madres no hay futuro’, presentada este martes, 7 de mayo, por la Asociación Yo no Renuncio del Club de Malasmadres, en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid.
Como ha explicado en rueda de prensa la presidenta de la Asociación Yo No Renuncio y fundadora del Club de Malasmadres, Laura Baena, se trata de un estudio que pone el foco en la «falta de redes formales» para la conciliación y la ayuda a la maternidad y su «impacto directo» en la bajada de natalidad o que se generen contextos para que las mujeres desees tener más hijos o hijas.
En concreto, de las 18.000 mujeres encuestadas -entre el 19 y el 27 de febrero-, un 87% han renunciado a algún aspecto de su trayectoria laboral al convertirse en madres, «ya sea perdiendo salario, rechazando oportunidades laborales o cambiando de empleo». Asimismo, rechazar puestos de responsabilidad o cambiar a un puesto de trabajo con horarios que permitan conciliar son situaciones que han vivido el 21% y el 20% de las mujeres, respectivamente.
El estudio añade que un 85% de madres se han sentido solas desde que son madres «por no contar con los apoyos para conciliar», lo que refleja, según los impulsores del documento, que las mujeres sienten una «falta de acompañamiento» que les hace sentir solas y les lleva a renunciar a su carrera profesional.
En palabras de Baena, la sociedad «niega el futuro a las madres, se pierde la identidad de las mujeres cuando llega el tsunami maternal y te dicen que ‘ya no vales’, que ‘cómo lo vas a hacer’, que quizás ‘mejor tómate un tiempo’ o ‘busca otro camino, es por ti'». «En una sociedad donde las personas cuidadoras son en su mayoría mujeres, ¿quién cuida a las madres? La respuesta es nadie», ha añadido.
Por ello, el objetivo de este estudio es poner el foco en qué necesitan las mujeres y cómo se sienten para «no solo sacar el malestar a la calle, sino que los datos también muestran el camino por camino que hay que ir». Como ha destacado Baena, «se trata de poder conciliar» y de «vivir la maternidad y no sobrevivir la maternidad» para que la «conciliación no sea un privilegio pagado».
La presentación también ha contado con la intervención de la responsable de proyectos e investigación social del Club de Malasmadres, Maite Egoscozabal, para quién este documento pone el foco en «la punta del iceberg» de las situaciones a las que se enfrentan las madres trabajadoras, como la renuncia al salario, al mercado laboral o la salud mental», pero también en las «barreras internas y externas» que aparecen después.
De este modo, la encuesta identifica barreras internas como «la falta de corresponsabilidad, la educación con estereotipos de género o las creencias sobre el modelo de ser ‘buena madre'», y también externas, como ha indicado Egoscozabal, que «tienen que ver con el sistema laboral, las medidas, los permisos, las redes de apoyo y el reconocimiento social y económico».
En esta línea, según ha especificado, el precio de no contar con apoyos a la hora de conciliar es «muy alto» para las madres ya que, según se desprende del documento, más de la mitad de las encuestadas argumentan haber tenido que renunciar debido a la sobrecarga de trabajo, por no poder llegar a todo y cuidar de su salud mental (52%).
Asimismo, dos de cada cinco mujeres no pueden asumir el coste que suponen los cuidados puntuales y no les compensa pagar servicios o escuelas infantiles que los atiendan, por lo que acaban renunciando para cuidar. Por este motivo, la Asociación Yo No Renuncio ha insistido en la necesidad de implantar la gratuidad de los servicios de cuidado para que no se produzca una brecha social entre familias.